Había nacido en Huada, laguna situada cerca de Leuvucó. Gobernó desde 1835 a
1847. Según Zeballos, Painé era un excelente representante del tipo físico
araucano. Además fue el fundador de la Dinastía de los Zorros en la pampas. Era
más alto que el común de los indígenas, “ ... robusto, imponente, cara ancha,
grande y aplastada”, de fuerte vozarrón. Su mirada era penetrante evidenciando
al conocedor de hombres o sea al dirigente nato.
El primer acto de su
gobierno fue reunir, a fines de 1838, en Leuvucó, un parlamento indígena. Tenía
por finalidad el confirmar en su autoridad a Painé y decidir sobre el cacique
Yanguelén que había desertado de los toldos ranqueles por diferencias con
Yanquetruz y se había colocado al amparo del gobierno de Buenos Aires. Luego que
el parlamento confirmó los planes de Painé, se organizó la expedición que luego
de algunas escaramuzas, cayó sobre los toldos de Yanguelén, y éste fue tomado
prisionero. Fue juzgado “... por la asamblea de sus iguales, en honor de su
jerarquía y para salvar responsabilidades ulteriores ante los parientes y amigos
del reo, que suelen ser muchos, públicos y solapados en la corte misma”. El
veredicto de esta asamblea fue que se lo ajusticiara por traidor.
En
Leuvucó, Painé Guor( zorro celeste) ocupaba con su toldo y cinco más que
albergaban a sus mujeres y personal de servicio, la orilla de la laguna que era
más profunda y el agua más clara. Respetaba profundamente a Baigorrita, un
Unitario refugiado en su tribu y que se había convertido en cacique por méritos
propios ya que había enseñado a los ranqueles a cultivar la tierra y los había
perfeccionado en el arte militar. Por simpatizar con los unitarios, o por el
hecho de retener Rosas a su hijo mayor, Painé odiaba a Don Juan Manuel por lo
que en sus toldos se albergaban muchos que huían del señor de Palermo.
Las noticias que se dan sobre Painé expresan que no era cruel y
sanguinario. Sus órdenes no se discutían ni en la guerra ni en la paz. Mandaba
aproximadamente 1000 lanzas de pelea y con él el ulmanato de Leuvucó llegó a su
máximo poderío.
En varias oportunidades Rosas le propuso cambiar a
Baigorrita por su hijo (Mariano Rosas) pero Painé, fiel a la promesa hecha al
unitario nunca lo entregó aunque, según las noticias dadas por algunos cautivos,
no se llevaban muy de acuerdo ambos hombres.
Painé tampoco tenia
confianza en Calfucurá, dado que el cacique de Salinas pretendió en varias
oportunidades enseñorearse del ulmanato ranquel cosa que no había podido
realizar en vida de Yanquetruz. Para reforzar el statu quo existente, Painé
logró casar al hijo de uno de sus caciques con una sobrina de Calfucurá. No
obstante esta alianza reforzó militarmente la frontera entre ambos cacicazgos.
Al morir Painé de un ataque al corazón, le sucedió en el mando su hijo
Calvaiú. Este ordenó la ceremonia fúnebre que es única, al menos de acuerdo con
las noticias que se tienen, en el mundo ranquel. Se sabe que los ranqueles
realizaban sacrificios de animales a la muerte de un personaje importante, se
tienen noticias de la inmolación de los médicos que atendían a los enfermos o de
la esposa favorita, pero no de una hecatombe como la realizada durante las
exequias de Painé.
Rex Gonzáles comenta que se trató de hacer algo así
como una casería de brujas entre los toldos ranqueles pues ellas se habían
ensañado con el cacique de mas nombradía.
Además en esta ceremonia no
solo se mato a supuestas brujas sino a la esposa mas joven y favorita del
cacique. En total, y según las noticias que da Avendaño se cree que se mataron
treinta y dos mujeres. Estas mujeres fueron sacrificadas de a ocho por ves en
las cuatro paradas o estaciones que se hicieron desde el toldo del cacique hasta
el lugar de su entierro a unas seis cuadras del mismo. El último grupo fue
sacrificado al borde de la fosa abierta para recibir el cuerpo de Painé.
Se sabe que entre las creencias ranqueles el número 4 tenia una
significación especial y cualquiera de sus múltiplos era sagrado. En su
cosmología 4 eran los cielos y 4 las tierras por lo que el número era
considerado mágico y ritual.
También fueron importantes las ofrendas que
se ofrecieron al cacique recién fallecido. Espuelas de plata al igual que los
estribos de su caballo favorito. Su montura, sus mejores ropas, caballos de
pelea y gran número de ovejas. El cadáver de su esposa fue colocado en la misma
fosa y al lado izquierdo del cacique.
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